Dirección: Calle General Pardiñas 43 - Madrid
Teléfono: 91 576 33 12
Precio: 35 - 40 euros
Al plato vendrás valora - Paladar: 4 Servicio: 3

Una cosa es la gastronomía local o nacional de un país y otra, pretender que se produzca un efecto de traslación de costumbres, texturas, atenciones y sabores de un país a otro. La Cava del Faraón, "un pedacito de Egipto en el centro de Madrid" es un engaño, un artificio plagado de complementos constumbristas (como la danza del vientre o la música árabe tradicional) que te toca pagar a precio de gamba de Huelva. Los entrantes o mezzes no eran nada del otro mundo: de los 10, 5 de ellos tenían una gama de sabores casi idéntica; el hummus bastante sencillote y el babaganoush   algo requemao. Su magnífica especialidad, promocionada con redoble de tambor, es un pastel de berenjena de lo más ramplón y la pata de cordero recalentada de micro una decepción. Así que si lo que queréis es recrear las noches del Egipto faraónico, Madrid no es la ciudad.

La pequeña y tímida Plaza del Alamillo da nombre a esta taquería mexicana chispeante y de recetas tradicionales y jugosas. Tiene un comedorcillo interior de estampado folclórico-sin-pasarse y una terraza forrada en plástico, para evitar ventoleras impredecibles, de aspecto romático (las velas siempre ayudan).
Me gusta el ritual que envuelve a este restaurate tradicional cuando se trata de comer cocidito madrileño. En primer lugar, te sirven los fideos en el plato (advertencia: no comérselos hasta que no llegue el camarero con la tinaja de barro. En una ocasión ví a dos cacereños tragandose los fideos medio secos pensando que así era el tema, con el consiguiente grito de espanto del camarero, claro). A toque de corneta, el camarero llega con tu tinaja individual de cocido y te pide que te cubras hasta el cuello con la servilleta porque, literalmente, te escancia la sopa en el plato. El colorcito y el sabor son espectaculares. Poco después llega el arrojo de todo el pelotón: garbanzos, morcillo, chorizo y tocino. Y a eso se suma una bandejita con salsa natural de tomate, guindillas, cebolleta y repollo. Un subidón. El vino de la casa que ofrecen es un Rioja muy rico (si no recuerdo mal rondaba los 11 euros).
No se me ocurre ningún calificativo positivo para definir este restaurante. A eso tengo que sumar mi perplejidad, una vez más, ante tanta cola de desesperados/as hambrientos y con ganas de que les tomen el pelo. El espacio es enorme, para acoger a hordas de amiguetes dispuestos a beber sidra como elemento exótico y ponerse hasta arriba de patatas. ¿Por qué no lo habrán llamado La Patata que Ríe? Comienzo mi retahíla: el chorizo a la sidra ni lo cortan (no está mal de sabor pero el aspecto es muy cutre); la ensalada es para salir corriendo: lechuga iceberg insípida con una salsa rebajada e irreal de queso cabrales; las "Patatas a la Burbuja" son un cuadro: la papata  marchita y retorcía de pena con una salsa que no es para dar saltos; las costillas secas, y con más patatas; ¿y el postre? Es que me da la risa floja el surtido de tartas: una bandeja de acero inoxidable y sobre ella un magma imposible de diferenciar gracias a los chorros de nata que despiadadamente han caído encima del surtido. ¿Por que no mejor jugar a la guerra de tartas y vivir una tarde catártica y liberadora de traumas?


 frontera ya tan inusual (que afortunadamente en Asturias aún se sigue practicando) y se te sirve todavía con "la pota y la garfilla", es decir, en cazuela y con cucharón.  Espacio de fieles, desgastados, excesivos y buenos-comedores, este restaurante no defrauda ni con las carnes, ni con los guisos ni con los postres. Es el típico lugar para comidas de domingo con o sin resaca y de estómago predispuesto. No recuerdo ahora cómo estaba el arroz con leche (pocas veces puedo llegar a esa fase) 
así que si alguien me quiere refrescar la memoria, lo agradecería. Todo lo que lleve Fabes en este lugar lo cocinan de relujo (no he probado una de sus sugerencias que es la perdiz con fabes; dudo que no estén de rechupete) pero cuidao, a veces puede más "el güeyu que el gutiellu"....arbeyu, si nun ye de xoven sedrá de vieyu. Garitos, tascas, restaurantes fisnos, chigres, bares,...Todo por y para el paladar...