domingo, 9 de noviembre de 2008

Inari, un japonés decepcionante

En plena semana navideña y con los restaurantes a rebosar a la hora de comer, nos aceptaron en este japonés de ambiente pijo e intenciones modernas. La carta de platos era elevadísima por lo que no nos quedó más remedio que pedir el menú de 21 eurazos per person. La experiencia fue un camino de rositas: el servicio despitadisimo o quizá pensaron que tan sólo eramos un holograma; la sopa miso de primero lo mejor del menú (eso ya es un indicativo); el segundo consistió en una triste tacita de arroz tres delicias de restaurante chino (no recuerdo ahora el eufemismo con el que titularon el plato), la tabla de sashimis variada, correcta y ya!. Se acabó la experiencia, y si quieres más, sólo te ofrecen una bola de helado de vainilla (el dueño nos explicó que pdurante las comidas no sirven más que un sabor para hacer que el servicio sea más eficaz: entiendo que el servicio cortocircuita si tiene que pensar en 3 posibilidades donde meter la cuchara). No sé cómo será la experiencia de cenar o tirar de carta, pero habiendo tantos japoneses con precios más bajos, sabores más ricos y servicio más agradable, ¿por qué volver?

Dirección: Calle General Pardiñas 43 - Madrid
Teléfono: 91 576 33 12
Precio: 35 - 40 euros
Al plato vendrás valora - Paladar: 4 Servicio: 3

domingo, 2 de noviembre de 2008

Olsen - un escandinavo caluroso


Una noche divertida, muy divertida. Llevas a parte de la familia y se te ocurre que un escandinavo modernillo puede ser una opción. Te arriesgas, porque hay cientos de restaurantes con "sello" en Madrid que son una verdadera pérdida de tiempo y de dinero. Pero reconozco que todos salimos emborrachadamente satisfechos. Comenzamos con unas entradas para compartir: una tabla de salmón ahumado, caviar y trucha salvaje con blinis de maíz y 5 smorrebrod con vodkas diversos. Este último servido en una tabla con agujeros donde venían inscrustados unos tubitos de ensayo con el vodka que debía acompañar a cada sandwich escandinavo. Gracioso y visualmente atractivo. Después pedimos mezcla de primeros y segundos. A saber: un carpaccio de atún rojo, remolacha, frambuesas y queso de oveja que fue un bocado de frescura; estupendo pero algo escaso. Alguien decidió probar el, algo elevado de precio, atún ligeramente ahumado acompañado de crema de rábano picante y habitas; impecable en su textura y en sabor. La bandiola de ibérico se llevó la palma: un sabor penetrante combinado con el ligero puré de patatas y eneldo; perfecto. La elección de los dados de ternera a la plancha fue un regreso al pasado, a la ternera de mi pueblo, la que cocinaba mi abuela para cenar con aquellas patatas rechonchas. No sólo fui yo quien lo sintió. Por último, y quizá el más ramplón pero delicado, el roll de centollo con hojas verdes y salsa de mango.

Los postres desiguales en calidad: la torta de chocolate es espectacular, pero los nectarines con mascarpone te los puedes saltar. Ninguna maravilla.

Resumiendo: un lugar en el que te diviertes, con platos de calidad aunque un pelín subido de precio.

Dirección: Calle Prado 15 - Madrid
Teléfono: 91 429 3659 (L cerrado)
Precio: 35 euros
Al plato vendrás valora - Paladar: 7 Servicio: 8